Martirio habla de un hombre que se llama Alberto, el cual es perezoso, cínico, alguien a quien la vida le importa muy poco y trabaja como bajista suplente de una orquesta tropical. En una de las tantas fiestas a las que asiste conoce a Shoshana, una mujer de clase alta, hermosísima que empieza a enredarle la vida a nuestro protagonista.
Este no es un libro para todo el mundo pues tiene un lenguaje fuerte, pero ese mismo lenguaje es el que hace que los personajes se sientan mucho más reales. La historia se desarrolla en Bogotá lo que lo acercó mucho más a mí y logró que tuviera bastante empatía con él.
La historia de Martirio no te va a dejar una gran lección de vida, no tiene frases para recordar por siempre, pero sí es un libro muy divertido, muy ameno, que no quieres soltar, por medio del cual podemos recorrer la Bogotá de finales del siglo pasado con su música típica decembrina, recorrerás lugares conocidos lo que hará que cada vez te llame mucho más la atención la lectura, si eres de esta ciudad.
Sus 169 páginas se pueden leer en un solo día, pero si no eres una persona de mente abierta, es algo complicado que lo disfrutes. El final me pareció supremamente coherente con todo lo que vivió Alberto durante el relato, lo cual hizo que este libro me gustara bastante.
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